A lo largo de mi vida he tenido varios encuentros con la realidad gitana. Pero sin embargo mi acercamiento a este mundo ha ido de la mano de dos personas que me han dejado huella.
La primera de ellas es MANUEL VIZARRAGA, a quien tuve el enorme placer de conocer con motivo de la organización de un Curso para los Técnicos de Adaptación Social de los Centros de Orientación Pedagógica del País Vasco en el ICE de la Universidad del País Vasco. Sería por el año 1989.
Desde la iniciativa de Manuel y otras personas gitanas se puso en marcha la Asociación KALE DOR KAYIKO, GITANOS DEL MAÑANA, que con sus iniciativas realiza una interesante promoción de los valores del pueblo gitano. Pero sobre todo incentiva a los estudiantes gitanos a que perseveren en sus estudios, conscientes de que la elevación del nivel cultural, el desarrollo profesional y la visión de futuro, salvarán y dignificarán a este pueblo.
También realiza una encomiable labor de sensibilización y formación en la comunidad escolar para promover actitudes positivas ante la diversidad de étnias y de culturas en la escuela vasca.
La segunda de ellas es BEGOÑA LASA, maestra de gitanos, impulsora de la educación de niños y niñas de esta etnia y colaboradora infatigable en todas las iniciativas que tengan que ver con la causa de la defensa de este pueblo, al que me ha enseñado a querer. A Begoña la conozco desde siempre... En toda mi vida profesional ha sido un referente importante, aunque ella no lo sabe.
Hay otra tercera persona que me ha acercado al mundo gitano, que es mi hijo ARKAITZ MENDIA RAMIREZ DE OLANO. Arkaitz es músico, Profesor Superior de Viola. En los últimos cuatro años ha formado parte de un combo flamenco, incorporando la viola al conjunto instrumental del Grupo Flamenco de SARA FLORES y JUAN CORTES en Barcelona.
A raíz de la preparación de un espectáculo sobre el HOLOCAUSTO GITANO, tuve la oportunidad de profundizar en este genocidio olvidado como es el de los gitanos por el terror nazi. Adapté textos, recopilé algunas cosillas que os ofrezco, no con el ánimo de ser original- la mayoría de los textos son adaptaciones, traducciones, inspiraciones que me acercaron más si cabe a este pueblo tan querido para mí.
También permanece en mi memoria el disco de Juan Peña “El Lebrijano” que con el título “Persecución” y con textos de Félix Grande, Fonogram, S.A. sacó a la luz en 1976. Para entonces llevaba unos años de desempeño profesional y ya había tomado contacto con niños y niñas gitanos en los barrios de El Peñascal, Zabala y Uretamendi de Bilbao.
Este es mi pequeño homenaje al pueblo gitano.